martes, 9 de septiembre de 2014

Soy estudiante de Comunicación Social y pienso en mi funeral.


A propósito de la muerte de don Yaqui, son muchas la personalidades que han externado su pesar y se han dado a la tarea de compartir anécdotas de su trayectoria, y sobre todo su gran legado en la comunicación dominicana. Hablan de su estilo y de cómo dejó huellas en cada sitio donde estuvo y en la vida de todos los que tuvieron la dicha de tratarle de cerca. Recuerdan sus composiciones, creatividad, sencillez, alegría… en fin: su vida.


Personas como don Yaqui representan una generación de grandes  a los que la ley de la vida se ha llevado. Una generación que fue pionera y se encargó de marcar estilo en cuanto a la forma de hacer televisión. Una generación que no tendrá reemplazo. Luego de ellos vienen sus discípulos, comunicadores que han sabido mantenerse en los medios y crecer constantemente en lo que hacen, imprimiendo su propio estilo en cada proyecto. Pero, lamentablemente, las personas no son eternas y los tiempos cambian cada día más rápido.
Mi generación, la de los veintitantos, la generación de la rapidez, la comodidad, la doble moral, el hedonismo, el sinsentido… las redes sociales, el dembow, faltas ortográficas... ¿Cuál será el legado de esta generación? ¿Qué será recordado de nosotros? ¿Cómo hablarán las futuras generaciones de nosotros?

Vivimos tan a prisa que no nos paramos a pensar en cómo serán vistos nuestros actos cuando ya no estemos. No pensamos en nuestro funeral. Nos la pasamos ‘viviendo el momento’ y no nos detenemos a girar la vista hacia atrás.

Publicidad a base de escándalos, indiscreción, y demás, son la carta de presentación de muchos de los pobladores de ese mundo llamado medio. Como bien dijo Warhol: En el futuro todos tendrán sus 15 minutos de fama. Ese futuro es ahora. 

Cada día alguien entra a un medio y se convierte en figura pública. Unos para bien otros para nada. Hoy lo importante es tener muchos seguidores en las redes y ser trending topic.  Y es por ese grupo que cada vez que se dice: soy estudiante de Comunicación Social, inmediatamente los ojos de los demás se dedican a buscar el buen cuerpo, pelo largo y demás estereotipos que marcan la carrera. No sabiendo que las personas más reconocidas en esta área lo son por capacidad más que por apariencia. Personas que han hecho camino entre las adversidades y han sabido mantenerse con coherencia y cordura. Por personas como esa es que vale la pena decir: soy estudiante de Comunicación Social y pienso en mi funeral.