jueves, 5 de junio de 2014

Cuando perdí mi "yo virtual"



Nunca pensé depender o estar tan aferrada a mi vida virtual. Hace falta perder tu tú virtual para darte cuenta que tan importante son las cosas que compartes a diario en la comunidad online.

Hace unos días perdí mi cartera con todos mis documentos, dinero, y celular. De todo, lo que más me dolió perder fue el aparato y darme cuenta que tan ligada a él estaba. Mis fotos, mensajes, contactos, calendario… en fin, todo lo que entendía como normal se fue como agua por el alcantarillado de una ciudad que no acumula basura en las calles.


Pero no paró ahí. Cuatro días después me doy cuenta de que alguien se apoderó de mi cuenta de Facebook y la canceló. Sí, así de fácil un ser cualquiera viene y manda al carajo 4 años de mi vida incluyendo sus fotos, pensares y amigos. ¡Como si no fuera suficiente con no tener celular! Y eso sin mencionar que entre mis planes para esa semana estaba la impresión de algunas fotos y la colocación en el blog de algunas cosas antes compartidas.


Pero la cosa tampoco paró ahí… Tres días más tarde, luego de haber creado un nuevo perfil de Facebook para rehacerme virtualmente, me doy cuenta de que tampoco tengo acceso a mi blog. Es en este punto donde -de estar en un filme de ciencia ficción- mis ojos se ennegrecen y mis manos con las palmas mirando hacia arriba piden sangre. Es difícil pensar en buscar culpables cuando lo único que quiero es tener mis letras, fotos, contactos… en cuatro palabras: mi vida de vuelta.


En fin… ni una cosa ni la otra. Y aquí estoy. Comenzando desde cero. Teniendo presente que, si bien perdí todo mi yo virtual, aún no he perdido lo más importante: mi yo espiritual. Sigo siendo ama y señora de mi mente, la misma que alguna vez generó escritos y que ahora se ve obligada a empezar desde cero.
No descarto la idea de importar algunas de las publicaciones del antiguo blog aunque a todavía está accesible al público en caso de que a alguno le interese darse la vuelta. Pero a decir verdad, empezar desde cero más que como un fracaso quiero verlo como una oportunidad. Una oportunidad para hacerlo mejor. Para enfocarme en lo que realmente quiero: escribir cosas que lleguen a muchos. Hacer que se sientan identificados con el sinnúmero de cosas que andan en mi deschavetada mente y por qué no, compartir, como bien expresé en el antiguo sitio, una que otra rareza que veo a diario y creo pueden aportar a la vida de alguien.


La parte difícil es dejar ir tus sueños... la fácil es soñar otra vez.


Así que bienvenidos a este mi nuevo blog antiguos lectores y en caso de que seas nuevo/a: 

Bienvenido. Soy un animal pensante con aires de inteligencia, soñadora y ahora me las doy de blogger. Aveces soy Sócrates otras Homero Simpson pero la mayor parte del tiempo solo soy yo misma y no pretendo caerle bien ni mal a nadie; solo caigo yo. 

¡Disfruta el viaje!