Nunca pensé depender o estar tan aferrada a mi vida virtual. Hace falta perder tu tú virtual para darte cuenta que tan importante son las cosas que compartes a diario en la comunidad online.
Hace
unos días perdí mi cartera con todos mis documentos, dinero, y celular. De
todo, lo que más me dolió perder fue el aparato y darme cuenta que tan
ligada a él estaba. Mis fotos, mensajes, contactos, calendario… en fin,
todo lo que entendía como normal se fue como agua por el alcantarillado de una ciudad que no acumula basura en las calles.
Pero no paró ahí. Cuatro días después me doy cuenta de que alguien
se apoderó de mi cuenta de Facebook y la canceló. Sí, así de fácil un
ser cualquiera viene y manda al carajo 4 años de mi vida incluyendo sus
fotos, pensares y amigos. ¡Como si no fuera suficiente con no tener
celular! Y eso sin mencionar que entre mis planes para esa semana estaba
la impresión de algunas fotos y la colocación en el blog de algunas cosas antes compartidas.
Pero la cosa tampoco paró ahí… Tres días más tarde, luego de haber creado un
nuevo perfil de Facebook para rehacerme virtualmente, me doy cuenta
de que tampoco tengo acceso a mi blog. Es en este punto donde -de estar
en un filme de ciencia ficción- mis ojos se ennegrecen y mis manos con
las palmas mirando hacia arriba piden sangre. Es difícil pensar en
buscar culpables cuando lo único que quiero es tener mis letras, fotos,
contactos… en cuatro palabras: mi vida de vuelta.
En
fin… ni una cosa ni la otra. Y aquí estoy. Comenzando desde cero.
Teniendo presente que, si bien perdí todo mi yo virtual, aún no he
perdido lo más importante: mi yo espiritual. Sigo siendo ama y señora de
mi mente, la misma que alguna vez generó escritos y que ahora se ve obligada a empezar desde cero.
No
descarto la idea de importar algunas de las publicaciones del antiguo
blog aunque a todavía está accesible al público en caso de que a alguno le interese darse la vuelta. Pero a decir verdad, empezar desde cero más que como un fracaso quiero
verlo como una oportunidad. Una oportunidad para hacerlo mejor. Para
enfocarme en lo que realmente quiero: escribir cosas que lleguen a
muchos. Hacer que se sientan identificados con el sinnúmero de cosas que
andan en mi deschavetada mente y por qué no, compartir, como bien
expresé en el antiguo sitio, una que otra rareza que veo a diario y creo pueden aportar a la vida de alguien.
La parte difícil es dejar ir tus sueños... la fácil es soñar otra vez.
Así
que bienvenidos a este mi nuevo blog antiguos lectores y en caso de que
seas nuevo/a:
Bienvenido. Soy un animal pensante con aires de
inteligencia, soñadora y ahora me las doy de blogger. Aveces soy Sócrates otras Homero Simpson pero la mayor parte del tiempo solo soy yo misma y no pretendo caerle bien ni mal a nadie; solo caigo yo.
¡Disfruta el viaje!
¡Disfruta el viaje!